En el Hotel Clarís de Barcelona trabaja un señor encantador. (Ya sé que esta entrada va a parecer un poco rara pero este tío se la merece).
Cada vez que paso por ahí, este señor que está siempre en la puerta del hotel y va trajeado de arriba a abajo (sombrero de copa incluído) me ha sonreído y me ha dado los buenos días. Bueno, a mí y a todo el que pasa a su lado. Y esto, en una ciudad tan grande y tal y como están las cosas, no es nada, nada habitual.
Es un tío simpatiquísimo, afable, con una sonrisa bonita y una cara de divertido que no veas. Podría ser el actor de una serie de TV americana tipo Bill Cosby. Genial.
Si os soy sincera, creo que a mí me daría un poco de corte tener que ponerme ese uniforme para trabajar pero estoy segura de que este señor está encantado. Se nota que le gusta su trabajo, la gente y sobre todo la vida. En serio, merece la pena pasar por ahí y mirarle a la cara. Te entra un gusto, un buen rollo... y te das cuenta de que, por muchos problemas que tengamos, siempre hay alguien ajeno dispuesto a alegrarte la vida en un plis. Y repito: ¡Que de esto hay poco!
Y, por favor, señores gerentes del Hotel, juro que no conozco a ese tipo de nada pero no le despidan nunca !!!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario