domingo, 24 de marzo de 2013

Bizcocho con fresas

Hace unos días me hice con un molde para bizcochos y tartas con forma de corazón y me lancé a la aventura.
Os presento una tontería, una idea súper fácil pero socorrida si tenéis un compromiso o una fiesta inesperada. Se trata del típico bizcocho tradicional ( "receta tres cuartos") un poco tuneado.

Primero hacemos la mezcla del bizcocho. Os paso la receta aunque, como digo, es el de toda la vida. La medida será siempre la del vaso del yogurt.

Ingredientes:

Un yogurt de limón
Tres huevos grandes
Dos medidas de azúcar
Una medida de aceite de girasol
Tres medidas de harina de fuerza ( bien cargaditas)
Un sobre de levadura en polvo

Vamos calentando el horno a 170 ºC mientras hacemos la mezcla.

Se mezclan los huevos con el yogurt y el azúcar. Batimos. Se incorpora el aceite y se bate bien.
Por último se va incorporando la harina mezclada con la levadura, poco a poco, para que "ligue" bien.
Y listo.
Se engrasa un molde o se le pone papel de horno ( así es mucho más fácil de limpiar el molde después), echamos la mezcla y lo introducimos en el horno con ventilador durante aprox. 40 minutos.



El tema "tiempo-horno" es complicado de calcular ya que no todos los hornos son iguales así que, como siempre, aguja y a pinchar pasada la media hora para ver cómo va.

Yo utilizo la Termomix pero es mejor la técnica de toda la vida: varilla, bol y paciencia. Queda mucho más esponjoso sin llegar a tener aire. Lo que sí hay que evitar es la batidora tradicional porque es una máquina de generar gases y no queda igual de jugoso ( este consejo también sirve para las papillas y purés de los niños, se llenan de aire).


 Una vez hecho y enfriado el bizcocho, se abre por la mitad y se rellena de lo que te apetezca. Yo lo rellené de mermelada de fresas casera. Me sale estupenda.




A continuación, "cierras tapas" y a cubrir el bizcocho. Yo lo forré de fresas y para que se pegaran bien al bizcocho y no resbalaran, le di primero una fina capa de leche condensada a modo de pegamento. Después lo dejé una hora en la nevera para que estuviera fresquito. Así la leche condensada se endureció lo justo, endulzó las fresas y realizó perfectamente su misión. No se movió ni una.



Resultado final ( una foto bastante mala, por cierto)




Espero haber servido de inspiración. Muchas veces con recetas sencillas y un poco de imaginación salen cosas estupendas.


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